"Sabes esa sensación de que ya no conocerás a nadie interesante en tu vida y que tampoco tienes tiempo para los que ya conoces?" (Saber perder, p. 372)
"Aunque ahora me escuches como si lo que yo digo no fuera más que un oscuro recuerdo, sé que tienes clarísimo cómo era y cómo pensaba el niño que eras tú. Ante la sonrisa de Joaquín, como si aquello le pareciera un juego psicoanalítico demasiado complicado para el lugar y la hora, Leando prosiguió sin pasión. No creas, yo soy igual, a veces me sorprendo a mí mismo sintiéndome mirado por el joven que fui." (Saber perder, p. 377)
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